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Crítica / Gran éxito del concierto inaugural del ciclo ADDA Camerística - por José Antonio Cantón

Alicante - 27/09/2024

Integrada por solistas de la orquesta ADDA-Simfònica Alicante, ADDA Camerística ha inaugurado su temporada con dos obras características del gran repertorio de cámara como son el Notturno en Do, Op. 34 del músico alemán Louis Spohr y la Serenata para cuerdas en Do, Op. 48 de Piotr Ilich Tchaikovsky; la primera dedicada a instrumentos de viento y una pequeña batería de percusión, y la segunda a una completa formación de cuerda, con lo que se ha podido apreciar por separado la capacidad de adaptación, dinamismo, versatilidad estilística y el talento de sus músicos que, con una absoluta entrega y compromiso artísticos, han interpretado este atractivo programa en la sala de cámara del ADDA, dotada de tan clara acústica que lleva al oyente a sentirse dentro del escenario.

Muy popular hasta bien entrado los tres cuartos de siglo XIX en Europa, la primera pieza no tiene esa impronta nocturnal que tuvo su principal presencia en el repertorio pianístico romántico sino que es una especie de amplio divertimento escrito para una gran variedad de instrumentos de madera y viento-metal de corte mozartiano, asociado a la sonoridad de una banda militar turca, de ahí la integración en su instrumentación de la gran caja, el triángulo y platillos, constituyendo así un tipo de formación que llegó a ser muy popular durante mucho tiempo en las poblaciones del valle del Danubio.

La cadencia de marcha de su primer episodio sirvió para apreciar la alegría que contienen sus compases, percibida en su trío central en la que brillaron el lirismo del clarinete en contraste con un pequeño recitado del fagot, apertura de la obra que sirvió para lograr una estable conjunción del grupo. Ésta tuvo su definitiva confirmación en el minueto siguiente en el que el clarinete volvía a ser protagonista de una forma más dramática. En el Andante con Variazioni que ocupa el tercer movimiento, el conjunto instrumental llegó a un primer esplendor, destacando de nuevo el clarinete, instrumento clave de esta obra que fue pensada por Spohr para el lucimiento de Johann-Simon Hermstedt, uno de los más famosos clarinetistas del siglo XIX. La Polacca supuso la más clara aproximación al sonido otomano, pulsado desde la rítmica del percusionista Salvador Soler que manejaba con gran destreza la gran caja y los platillos, lo que motivaba una elevada atención del público. El Adagio fue tratado con suma delicadeza, de modo especial, en sus derivaciones a tonalidades menores. El solista de clarinete volvía a liderar el discurso conforme se iba imponiendo la melodía temática que venía a estimular al conjunto de instrumentos como elemento catalizador de la exposición de este tiempo. En el Finale, todos los músicos ofrecieron una esplendorosa ejecución volviéndose a destacar la contundencia danzante de una transformada sonoridad alla turca antes de derivar en una conclusión brillante que entusiasmó al público.

Liderada por la violinista polaca Anna Korpalska en funciones de concertino, la sección de cuerda de ADDA-Simfònica intervino en la segunda parte con una virtuosa versión de la famosa serenata para cuerdas de Tchaikovsky que, de manera estimulante, elevó la emoción de los asistentes. Desde la contenida energía que imprimieron a los primeros compases de la Sonatina que abre la obra se pudo presagiar que se iba a disfrutar de una actuación conmovedora como así resultó ser, dando a cada uno de sus cuatro movimientos que, en su conjunto apuntan una idea sinfónica, un sentido carácter bien entendido desde las indicaciones de la concertino, que supo  impulsar cada uno los tres temas de este primer movimiento. Transmitió con elegante humor el Vals, sabiendo modular su discurso con singular belleza. Asumió un aire meditativo en la lectura de la Elegía, generando esa tensión dramática antes del sereno final, induciendo en los músicos una profunda coordinación camerística, para terminar la obra con la irrupción de la energía que se venía acumulando en la ejecución de las parte anteriores de la obra, que llevó a que el público estallara en una entusiasta ovación que fue correspondida por los músicos con la repetición del Vals, lo que incrementó aún más la emoción colectiva.

La satisfacción que ha producido este concierto ha generado una gran expectación para los programas venideros de este ciclo que viene a completar la función de los instrumentistas de la Orquesta ADDA-Simfónica, complementando así, desde el repertorio de música de cámara, la rica y variada programación del auditorio alicantino manteniendo la mejor garantía artística.

José Antonio Cantón

 

ADDA Camerística

Obras de Louis Spohr y Piotr Ilich Tchaikovsky.

Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA). 21-IX-2024.

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