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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / España desde dentro, fuera y al través - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 07/07/2023

Orden y claridad en Fiestas de los Nocturnos para orquesta de Claude Debussy, ofrecida por la Orquesta de la Comunidad de Madrid dirigida por Marzena Diakun en el último concierto sinfónico de la temporada de la citada orquesta en el Auditorio Nacional de Música.

Unas Fiestas exentas de sus habituales compañeros de suite y programa, como ambientación inicial de un concierto que iba transitar de cabo a rabo por derroteros nacionalistas hispanos. Una función de exordio u obertura que, sinceramente, no le va demasiado a esta pieza.

De Gerald Hugh Tyrwhitt-Wilson, decimocuarto Barón Berners, también conocido como Gerald Tyrwhitt o, como aparecía en este programa: Lord Berners… escuchamos su intrépida Fantasía española que reflejó más el lúdico espíritu inglés que la creara en su día, que el español que trata de recrear con ingenio y maneras.

Energético ejercicio de españolismo de un solo tirón y final en punta ("¡como está mandao!"), respuesta a este cometido pseudo-folclórico tan de moda por aquellos años de principios de siglo (de siglo pasado, se sobreentiende), desde estas tierras más cercanas, transpirenaicas o insulares como es este curioso caso británico, a las más lejanas orientales de Europa ya próximos a los Urales.

Música, pues, extrañamente inhabitual por estos lares, los suyos en principio, antes de la mucho más ambiciosa y recurrente Iberia, de nuevo de Debussy, compositor galo que, así, impregnó y enalteció sin duda, todo esta primera parte de programa.

Un verdadero tríptico, Iberia, que gozó en esta versión de aquellas mismas cualidades indicadas al inicio, si bien con mayor premio, dada la magnitud de la empresa y, la compacidad, autenticidad y valentía (savoir-faire al fin y al cabo, diría el francés), de la propuesta musical conjunta del propio Debussy.

Ya con Mayte Martín en el doble rol de intérprete (con una importante y omnipresente megafonía) y creadora, afrontamos, en primer lugar, El amor brujo de Manuel de Falla.

El uso de megafonía (más allá del simple apoyo a la voz sin cambiar el origen espacial de la fuente sonora musical que sería lo suyo); esto es, una megafonía sustitutiva, pues, con diversa espacialidad de la que se observa visualmente (en sólo uno de sus ingredientes, además), resta (metafórica y realmente) cualidades fundamentales, imprescindibles de esta música, de este arraigado arte…: la autenticidad y el equilibrio.

Ya sé que estamos en siglo XXI, pero, precisamente por eso se comenta y puntualiza. La mayor paleta de recursos, sean estos acústicos convencionales o electroacústicos, de que disfrutamos, supone una responsabilidad y no implica su uso indiscriminado (o quirúrgicamente discriminado, según se quiera ver…) maximizados con criterios de otros estilos, espacios y espectáculos musicales; máxime cuando la interpretación orquestal en vivo discurre por una detallista transparencia técnica y tempo giusto, como era el caso (en el contexto de una sala de conciertos como la sinfónica del Auditorio).

El aplauso espontáneo tras la celebérrima e hiper-versionada Danza del fuego, fue una declaración inesperada, quizás inoportuna, pero sincera, de esta querencia.

Las Canciones flamencas de la propia Mayte Martín cambiaban el chip precisamente en la dirección que aquellos medios de megafonía habían anunciado previamente con Falla; ahora bien, en un producto musical más coherente y equilibrado con estos mismos medios y disposición.

Un celebrado (aplaudido con encendido entusiasmo) recital final dentro del propio concierto sinfónico. Un recital de flamenco-bolero o viceversa, en tono globalizado de sentía balada… con su bis incluido.

Luis Mazorra Incera

 

Mayte Martín, cantaora.

Orquesta de la Comunidad de Madrid / Marzena Diakun.

Obras de Debussy, Falla, Martín y Tyrwhitt.

ORCAM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

 

Foto © Marc Ginot

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