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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / David Briggs en el órgano de la Catedral de Santiago - por Ramón García Balado

Santiago de Compostela - 13/06/2023

Concierto del organista David Briggs, en la Catedral compostelana para un programa conformado con obras infrecuentes para el órgano y que recibimos en transcripciones del propio organista, entre otros. El concierto se enmarca dentro de las actividades del CNDM (Centro Nacional para la Difusión de la Música), y que nos lleva a distintas Catedrales, en una serie a  criterio del intérprete, con raigambre familiar, ya que su abuelo había sido organista durante cuarenta años de la Saint Jude´s Church. El Sr. Briggs, se formóen el Fellow of the Royal College of Organist, logrando la Silver Medal of the Workshipful Company of Musicians. Desde 1981/4, asistió a la Organ School at King´s College Cambridge, ampliando en París con Jean Langlais. Fue artista en Residencia de la Cathedral Church of Saint John the Divine (New York). Respetado organista, destaca por esta labor de aproximación al público de transcripciones infrecuentes como las que se nos ofrecieron.

En lo relativo al órgano de la Catedral de Santiago, recordaremos el concierto ofrecido el viernes 28 de noviembre de 2014, con motivo de la restauración del órgano y que tuvo como intérprete a Gianluca Libertucci, organista del Vicariato de la Ciudad del Vaticano, en la Basílica de San Pedro, en el que pudimos seguir obras de Juan Cabanilles, Johann Sebastian Bach, Padre Davide da Bergamo, F.Mendelssohn, Marco Enrico Bossi, Louis Vierne, Manuel Cela- organista de la Catedral compostelana- y de César Franck, un programa de amplio espectro  y que para el evento, había sido subvencionado por la Fundación Barrié.

La restauración del órgano, se había confiado a la casa Mascioni, fundada en Cuvio (Varese, Italia), por Giacomo Mascioni (1871/ 1953) y que legará su nombre a nuestro órgano, siendo el único de los que esta familia construyó en nuestro país. Aunque conservase algunos tubos de instrumentos anteriores, pudo considerarse como obra nueva, ya que  la mayor parte de la cañutería y todos los demás elementos, se deben a la empresa italiana, fabricados en sus talleres de Cuvio-Varese, en 1977. Un instrumento que impresiona desde la consola y a los detalles como los secretos a los efectos imponentes que nos trasmite a través de la tracción electro- mecánica, de la que organistas como David Briggs, aprovecha los recursos sonoros más imponentes.

Un programa pues, absolutamente infrecuente, en atención a un público neófito, poco acostumbrado a estas propuestas, menos comunes que las enfocadas a la inmemorial tradición del órgano ibérico o los barroquismos de época, que nuestra ciudad acoge en ciclos de consolidada aceptación como es el que seguimos por distintas iglesias compostelanas y ya con tradición reconocida. Para modelo a tener en cuenta De Lugares e Órganos, repartido entre San Paio, la Igrexa da Universidade o Sta Clara. 

Sorprendente el programa de David Briggs, en sus sugestivas transcripciones, ajenas a los repertorios al uso, desde los barrocos al romanticismo y con una propuesta para seducir al oyente menos habituado al mundo de la tradición organística. Una pieza de imponente poderío sonoro del inglés William Walton, obra  incidental, con el Preludio y fuga de la música para el filme The First of the Few, según arreglo en este caso de T. Winpenny. Walton se había dedicado en el período de la Segunda Guerra mundial a componer obras de este estilo, y su carrera se había forjado en sus años juveniles con el organista, el D. H. G. Lay, maestro de la Christ Church, en Oxford, en donde se había incorporado como niño de coro aunque parte de su vida, se realizó como compositor autodidacta, siendo sus mentores ese organista, su asistente Basil Allchin, además de Sir Hugh Allen. Con la edad, recibirá asesoramientos de Ernest Ansermet  y Ferruccio Busoni. Dos detalles descriptivos en resumen: El Preludio que  aparece en los créditos del filme y la fuga que nos mostraba  la fabricación del Spitfire.

Claude Debussy, en una curiosidad en este tratamiento del muy conocido Clair de lune, de la Suite bergamasca, en transcripción de A. Cellier. El Clair de lune, resulta un Andante muy expresivo, en Re b M., en su versión primigenia para el piano, adentrándonos en un nuevo universo por la paleta de colorido sonoro. Un paisaje musical que podrá acercarse a Fiestas galantes. Una ensoñadora ternura dentro de una poesía evanescente, por lo que la pieza subyuga a todo tipo de oyente, lo que no resulta extraño que se nos ofrezca como bis. Podremos hallar elementos que nos acerquen al Andante de la Primera Sinfonía, de Borodin o al Nocturno, de su Segundo cuarteto. La suite bergamasque, terminada hacia finales de 1890, muestra un definitivo lenguaje personal, expresado en sus cuatro tiempos: Preludio, Minueto, este Claro de Luna y el Pasapié final, en el que por sus divagaciones modales, podrá recordarnos a la Pavane, de Gabriel Fauré. La suite, nacida como obra libre y sin demarcación definitiva, pudo llegar a tener más movimientos como los que al final resumen la obra. Es verdad que el arreglo de A. Cellier, ayudó a recrearnos en un espacio de recursos que nunca hubiésemos esperado en esta composición tan liviana.

Johannes Brahms, con la muy conocida Danza  húngara nº 5, en Fa sost m. WoO- arreglo del maestro David Briggs, del que también escuchamos como cierre, una improvisación para complacencia de los asistentes, obra para lucimiento personal y que parecía dar a entender un profundo conocimiento del órgano, en un tratamiento que los más informados, no dejarán de hallar aspectos de asimilación con las nuevas vanguardias a partir de Messiaen o Cesar Franck. Esas Danzas húngaras brahmsianas cunden en sus lecturas para el piano y orquesta, siendo precisamente la quinta y la sexta, las más célebres del grupo de 21 composiciones de este estilo rapsódico, escritas entre 1852/69, para ser editadas por Simrock. Pequeñas obras maestras de ingenio y vivacidad zíngara, que motivarán continuadas transcripciones y adaptaciones, destacando en la Quinta a partir de un motivo de Bartfai Emlék, de Béla Kéler. También de Brahms, nos queda la música para órgano, como la escrita a partir de los 11 Preludios corales, compuestos en su retiro de Ischl.

Hector Berlioz, con un detalle procedente de la ópera La damnation de Faust- transcripción de David Briggs-, se trataba de Menuet des follets, una ópera que tendría tan sólo dos audiciones a finales de 1846, en la Opéra Comique, prácticamente desierta, antes de que la posteridad venga en su ayuda para convertirla en ópera de  repertorio como es el caso de Benvenuto Cellini, Los troyanos- su título magno, por excelencia-, o Beatriz y Benedicto. Un Berlioz que en ese espacio de tiempo, había realizado una gira por Alemania, a lo largo de seis meses, pero de consecuencias no muy afortunadas. En Dresde, se encontrará con Richard Wagner, quien le asistiría en sus ensayos con cuidado y mimo, en otras obras como el Requiem.

El Wagner de Tristán e Isolda- uno de los momentos más seductores de la tarde- con esa página sublime que es La Muerte de amor, y que nos llegaba en arreglo de R.Goss-Custard. Muerte de amor, la invocación de la noche que se trasciende en consagración de la muerte, dentro del tercer acto, en el que el drama se encumbra hasta lo sublime. Traducido en este contexto de clave organística, no deja de tener su encanto, para realzar la soberbia construcción dramática, el genio wagneriano en su éxtasis sublime, para dar paso a una obra tan festiva como La Valse, de Maurice Ravel, verdadero poema coreográfico para orquesta y que no desmentía lo escuchado por las dimensiones propuestas según el arreglo de E.M. Fagiani. Ravel había sido invitado por Ferdinand Hérold, en Cérvennes hacia 1920, terminado un proyecto que tenía en cabeza de tiempo atrás. Así llegará la Rapsodia española, y poco después esta delicia que es La Valse, cuyo comandatario sería el S.Diaghilev, un espectáculo para la temporada 1920/21, destinado a los Ballets Rusos.

Ramón García Balado      

 

David Briggs, órgano

Obras de William Walton, C.Debussy, J.Brahms, H.Berlioz, R.Wagner, M. Ravel y David Briggs

Catedral de Santiago de Compostela

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