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Crítica / Contrastes vívidos en música cortesana – por Estrella García López

Madrid - 04/04/2023

En una arrebatada Sala Sinfónica, el Auditorio Nacional acoge el ambiente de la corte dieciochesca con música de Boccherini, Corselli y Händel. Fue la Orquesta y Coro Nacionales de España los que dieron vida a las piezas de estos compositores en el Ciclo Sinfónico 15, del 31 de marzo al 2 de abril. Específicamente, el viernes en que se inauguraba la cita, la sensación general que emanaba del concierto fue eufórica, gracias a la original e interpretativa dirección de Miguel Ángel García Cañamero, el habitual director del Coro Nacional.

Las tres piezas, como ocurre con la interpretación y recuperación de repertorio en la actualidad, están sacadas del contexto cortesano. Son músicas pensadas para el entretenimiento en lo privado de las Reales Capillas y demás espacios donde el rey disfrutaba del arte de los sonidos, que ahora pasan al entorno público. La producción musical de este tipo es a menudo considerada como “música funcional”, ya que los compositores se solían ajustar a una determinada circunstancia, a las posibles agrupaciones instrumentales y a sus ejecutantes.

La velada del 31 de marzo comienza con la única sinfonía de argumento de Luigi Boccherini (ca. 1768-1805) llamada «La casa del diavolo», op. 12 núm. 4 en Re menor (1771). Esta es su sexta sinfonía y se caracteriza por ser, hasta cierto punto, una música descriptiva en tanto que se basa en un relato extramusical. Este está relacionado con la bajada al infierno que aparece en el ballet Don Juan (1761) de Gluck. En el Auditorio, encontramos una interpretación barroquizada con unos contrastes de intensidad sonora muy extremos. García Cañamero hace que la música nos sonría, con un bajo continuo que actúa seguro y lleno de confianza. Se aprecia además su capacidad para comunicarse con el conjunto y cortar las frases con agudeza, algo que quizá le viene de su dirección coral.

A continuación, entra el Coro a escena para interpretar el Responsorio de Navidad núm. 3 en Do mayor, «Quem vidistis, pastores?» de Francisco Corselli (1705-1778). Esta obra ha sido recuperada por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU). Con una masa coral extensísima que ocupa todo el escenario, la orquesta se muestra como buen soporte de este responsorio, el tercero de los ocho que reescribió el compositor italiano afincado en Madrid en 1774. Se trata de una obra religiosa pensada para los Maitines de Navidad durante el reinado de Carlos III.

La joya de la corona de este concierto se ubica en la segunda parte, con el Te Deum de Dettingen en Re mayor (1743) de Georg Friedrich Händel (1685-1759), dedicado a la victoria de Inglaterra en la batalla de Dettingen (Baviera) contra el ejército francés. El compositor de origen alemán se puede ubicar en el Barroco tardío o Alto Barroco, época que sintetiza la tradición alemana, francesa e italiana.  Esta obra de larga extensión conformada por catorce números tiene el texto traducido al inglés del himno cristiano tedeum. Encontramos un papel de trompeta algo exigente que hizo pasar alguna mala pasada al trompetista de la ONE, una agrupación que, sin embargo, supo controlar a la perfección el estilo concertante entre tutti y solo de algunos números, como el sexto para bajo y coro titulado “Tú eres el Rey de la gloria”.

Había una gran expectación ante la presencia del barítono José Antonio López, el solista de la noche que el año pasado actuaba con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles. El cantante superó con creces esas expectativas, sobre todo en el penúltimo número, el Arioso “Dígnate, Señor”, expresando un estilo muy detallista en la pronunciación y muy poético en la interpretación. La emotividad de su cantar llegó hasta la última fila del auditorio, cuya acústica también se vio muy agradecida ante los pianísimos del noveno número y el suave a capella de las voces femeninas.

Estrella García López

 

Auditorio Nacional, Sala Sinfónica

Obras de Boccherini, Corselli y Händel

Orquesta y Coro Nacionales de España / Miguel Ángel García Cañamero

Ciclo Sinfónico 15

 

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