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Crítica / Colorida discreción de virtuoso (Olivier Latry) - por Luis Mazorra

Madrid - 11/06/2021

El Ricercar a seis de La ofrenda musical de Johann Sebastian Bach fue la tarjeta de presentación de Olivier Latry en su nueva propuesta para las matinées sabatinas del BACH-VERMUT auspiciado por el Centro Nacional de Difusión Musical.

Todo un alarde de concisión sobre la tupida maraña que Bach en este Ricercar plantea, al margen de la superflua parafernalia de timbres, registros y manuales. Un planteamiento de colorida discreción que se trasladó a una, especialmente bien plantada Fuga en sol menor. Todo un tesoro musical, donde aquellas cualidades, antes volcadas en un texto más críptico, se vieron beneficiadas por la exquisita belleza de esta conocida fuga del catálogo bachiano.

Tras estas dos perlas, un arreglo para órgano más acicalado de Charles-Marie Widor sobre el severo coro final de la Pasión según San Mateo, pieza conclusiva, también, de su suite Bach’s Memento que trajo aquella espléndida sonoridad del lleno característico del órgano a la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música.

De seguido a estos arreglos, entramos con Franz Liszt y una concentrada Cuarta consolación que permite mayor juego expresivo, preámbulo de facto, de lo que iba a ser, en otra disposición más desgarrada y extrovertida, sus imponentes Variaciones sobre la cantata ‘Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen’ en arreglo adicional de Widor. Un imaginativo, trabajado, poderoso o encantador por momentos, planteamiento tímbrico de registros al que estas expresivas variaciones se prestan, sin hablar ya de aquellos pasajes endiablados de manual y, sobre todo, vertiginosos diseños escalísticos y de todo tipo, al pedal, de alguna de sus variaciones más temidas por los solistas.

La vistosa Introducción y fuga de la cantata ‘Ich hatte viel Bekümmernis’ de Bach y Liszt al alimón, permitió plantear un diseño tímbrico a esta velocidad, casi (y sin casi) orquestal, que alcanzó incluso su cuarto teclado, con naturalidad, sin comprometer un ápice la estética.

Para finalizar un programa engarzado, en su práctica totalidad, alrededor de la gigante figura bachiana, primero, su Fantasía en do menor, más contenida, a tenor de lo escuchado, y los trascendentales Preludio y fuga en mi bemol mayor que cerraron un concierto que no bajó nunca la guardia ni en lo técnico ni en lo estético, tanto sobre el papel, como, mucho más, en esta espléndida versión que, como dije, presumió de colorida discreción, pese a la abultada dificultad técnica que, de continuo, obra tras obra, sin descanso, afrontó.

De propina: In dir ist Freude, contundente, cadencial y asertivo preludio coral del Orgelbüchlein bachiano.

Luis Mazorra Incera

Olivier Latry, órgano.

Obras de Bach, Liszt y Widor.

CNDM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

Foto © CNDM

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