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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Brillante (e)lección - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 27/04/2022

Una selvática (en el mejor sentido de la palabra, no se asusten), incisiva, primordial y fértil, feraz y feroz Flounce de Lotta Wennäkoski sirvió de efectivo exordio para un concierto lleno de fundada expectativa, con todas las miradas puestas en la presencia de Jukka-Pekka Saraste en el podio, al frente de la Orquesta Nacional de España en su temporada.

Un concierto que escuchamos en sesión de viernes que ya diera su primera "lección" de la velada en esta nueva pieza, casi un perpetuum mobile aún sin muchas de sus características, pero sí con ánimo e intensidad mantenidos de principio a fin, en abrupto desenlace. Toda una lección, como dije, de dirección atenta, ágil y resuelta, la primera de la tarde, a la que correspondieron los atriles de la Orquesta Nacional.

Una entrega que tendría su momento álgido para el que suscribe, con el sonido sacado a la orquesta en el mismo arranque de la pieza que le seguía, Pelléas y Mélisande de Jean Sibelius, con compacta y poderosa sonoridad.

Una intensa sonoridad que dio comienzo a una segunda sección medular del programa, que no parte. Una sección a ambos lados del descanso preceptivo, a lomos de su excelso y universal gigante y compatriota, Jean Sibelius.

Movimientos perfectamente delineados y personales, sin fisuras, discontinuidades sinfónicas ni aspavientos impropios de este autor, tan formalista como innovador.

Un alarde, también, para el podio por el buen número de  diferentes pretensiones, atmósferas y texturas recreada en esta pupular suite.

La Primera sinfonía en mi menor de Sibelius era el plato fuerte del día sin lugar a dudas, al menos a priori. Y así se propuso desde su Andante (ma non troppo)-Allegro energico inicial.

Ilustres pedagogos históricos de todos conocidos que no voy a sacar a colación aquí, insisten (insistieron…) en la necesidad de que el intérprete busque hacer valer la obra (y al autor en consecuencia) y no al revés, que se sirva de ella con fines fatuos.

La forma de dirección de Saraste esta tarde-noche fue toda una lección en este y otros sentidos. Al margen de que la obra resuelva sus tensiones internas exclusivamente hasta su último movimiento (y ni eso…), cuidados acentos y fraseo, búsqueda de sinergias instrumentales, tono nostálgico cuando conviene y encomiable flexibilidad (con progresivas aceleraciones de tempo tan espectaculares como la que atesora este segundo movimiento: "poco a poco stringendo al doppio movemento" del Andante ma non troppo, entre otros…) logra que admiremos al creador tanto como a aquél, o aquéllos, que lo están sacando adelante in situ.

Un final en (relativa) punta del Scherzo Allegro enlazó con un elaborado y brillante Finale: Quasi una fantasia, con remate de notoria modernidad.

Luis Mazorra Incera

 

Orquesta Nacional de España / Jukka-Pekka Saraste.

Obras de Sibelius y Wennäkoski.

OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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