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Crítica / Aroma y color franceses - por Juan Carlos Moreno

Barcelona - 05/10/2021

Desde el Barroco, uno de los rasgos distintivos de los compositores franceses es su especial sensibilidad para el timbre, el color instrumental. Bien pudo comprobarlo el público que, el pasado 2 de octubre, acudió a L’Auditori para escuchar tres obras de la primera mitad del siglo XX que son un prodigio de imaginación y refinamiento orquestales: D’un matin de printemps, de Lili Boulanger; la segunda suite de Bacchus et Ariane, de Albert Roussel, y la segunda suite también de Daphnis et Chloé, de Maurice Ravel.

El francés Ludovic Morlot se puso al frente de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) para traducir esas partituras a sonidos, y lo cierto es que logró unas lecturas absolutamente convincentes, que destacaban la riqueza de la paleta tímbrica y la personalidad de cada compositor: el fulgurante brillo y vuelo de la miniatura de Boulanger, la desbordante fantasía tímbrica, bien aderezada de rotundidad rítmica, de Roussel, y el impresionismo siempre claro y restallante de Ravel.

Morlot dirigió todo el programa con una sonrisa en los labios, como si, además de disfrutar con lo que estaba haciendo, buscara la complicidad de la OBC; complicidad que, sin duda, obtuvo.

Al margen de esas obras francesas, el programa incluyó también el Concierto para viola de Béla Bartók. Como solista actuó Amihai Grosz, actualmente viola principal de la Filarmónica de Berlín.

Músico extrovertido, de esos capaces de expresar no solo con los sonidos que arranca al instrumento, sino también con su lenguaje corporal, regaló una versión apasionada, dinámica y que, sobre todo, seducía por el color y calidez que arrancaba a la viola. Quizá por ese puesto que ocupa en la orquesta berlinesa, Grosz buscó la complicidad de la orquesta durante y después del concierto, cuando interpretó uno de los 44 dúos de Bartók junto con el concertino Vlad Stanculeasa.

Juan Carlos Moreno

 

Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya / Ludovic Morlot.

Amihai Grosz, viola.

Obras de Boulanger, Bartók, Roussel y Ravel.

L’Auditori, Barcelona.

Foto fuente Twitter OBC

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