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Crítica / Gran trabajo de ADDA-Simfònica-Jove - por José Antonio Cantón

Alicante - 10/08/2022

Como resultado del Encuentro de Verano 2022 de la orquesta ADDA-Simfònica-JOVE, se ha presentado dicha formación en un concierto extraordinario con un programa  muy atractivo que llevaba por título ‘Poemas Sinfónicos’ dado el sentido programático de dos de las tres obras con la que esta formación de jóvenes músicos, llamada a ser una de las canteras de ADDA-Simfònica, iba a interpretar en el escenario del auditorio alicantino bajo la experimentada dirección del maestro Fran Maestre, especialmente destacable con músicos jóvenes, y la tutela estética tanto en concepto como en técnica de una plantel de primeros atriles de la admirable orquesta matriz que, a cada una de las secciones instrumentales, han transmitido su bagaje artístico y profesional consiguiendo un admirable resultado final.

El concierto empezó con la circunstancial página que Johannes Brahms compuso con motivo de su nombramiento como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Breslavia el año 1880; la Obertura para un festival académico en Do menor, Op. 80. La extraordinaria orquestación de esta página escrita en reconocimiento a dicha Academia ha sido una buena elección para perfilar y conceptualizar el fenómeno orquestal de un modo práctico y aprovechable, como ejemplo del funcionamiento que ha de tener y por tanto ser un numeroso instrumento colectivo.

Fran Maestre marcaba con claridad su discurso posibilitando que cada sección fuera adquiriendo conciencia de su propia función dentro de la obra así como en relación con la totalidad de la orquesta, produciéndose esa coordinación que, pese a un titubeante y desajustado inicio, fue adquiriendo entidad en el desarrollo de sus múltiples y entrelazados motivos, generándose una especie de confianza colectiva inducida fundamentalmente por el controlado y seguro impulso que venía del director. Sus cuatro episodios diferenciables fueron culminados con el conocido himno universitario Gaudeamus igitur que fue expuesto con expansiva brillantez, produciéndose el primer gran aplauso de la velada por un público llenaba la sala sinfónica del ADDA.

La confianza que generó la interpretación de esta obertura fue un gran acicate para abordar las más exigentes Variaciones sobre un tema de Haydn, Op.56a del mismo compositor. Fran Maestre ya cuadró rítmicamente el sentido coral de la introducción, generando una atmósfera de serenidad que pronto fue disuelta por los contenidos impulsos de la primera variación, para ser aún más agitada en la segunda que venía a desatar definitivamente las posibilidades y recursos dinámicos de la orquesta. En la tercera se notó cómo el maestro había trabajado con sutilidad su camerística naturaleza dialogante, siendo su resultado un ejemplo del grado de atención al que habían sido llevados los músicos por parte de la dirección.

En la cuarta se pudo percibir de qué modo se alcanzó un notable grado de continuado contrapunto en la mágica oposición tímbrica propuesta por Brahms entre la cuerda y la madera. El director marcó con claridad la fusión de ritmos binarios y ternarios que presenta la quinta variación, encaje que requiere un detallado cuido de lectura de la orquesta. Ésta respondió con vigor a las indicaciones con las que condujo Fran Maestre la intensa sexta para adecuarse con elegante discurrir al ritmo ternario que contiene la agraciada séptima. Recalcó desde su gesto la sutil esencialidad contrapuntística que manifiesta la que ocupa el octavo lugar antes del andante Finale que cierra esta obra esencial y muy adecuada para ir formando un instrumento orquestal, como es lo que se pretende en estos encuentros donde hay que concienciar y fomentar la experiencia musical de grupo ante el compromiso que significa un concierto con público.

La obra que más iba a completar esta natural y lógica pretensión era la que cerraba el programa; Los Preludios, poema sinfónico núm. 3, R.414-S.97 de Franz Liszt, inspirada, según la princesa polaca Carolyne zu Sayn-Wittgenstein, amante del compositor, en el poemario Meditaciones poéticas de Alphonse de Lamartine. Discutibles cuestiones estas aparte, el hecho  sustancial fue que su interpretación permitió toda la expansión posible de la ADDA-Simfònica-Jove pudiéndose apreciar sobradamente la imponente arquitectura musical de las cuatro secciones diferenciadas en la que se puede dividir esta obra, que se interpretaban sin solución de continuidad, percibiéndose ya la buena expresividad alcanzada por el metal en la primera, el empaste de la cuerda en la segunda, el color de la madera en la tercera antes del triunfal Allegro maestoso final, que sirvió para desatar todas las tensiones habidas en el concierto, esparcimiento que supo administrar el director al entender dicho pasaje conclusivo como un desencadenante emocional para los músicos, todo ello estimulado por una percusión de brillante explosividad.

Como respuesta al cerrado aplauso, el maestro volvió a Brahms interpretando su popular Primera danza húngara que completó definitivamente este encuentro estival de de la ADDA-Simfònica-JOVE dejando la sensación de haber sido intensamente aprovechado para favorecer la conjunción del crecimiento musical y artístico de sus jóvenes componentes.

José Antonio Cantón

 

ADDA-Simfònica-JOVE

Director: Fran Maestre

Obras de Johannes Brahms y Franz Liszt

Sala sinfónica del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) / 06-08-2022

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