Música clásica desde 1929

OPINIÓN #LasMusas / ‘María Coronada Herrera: Una voz que trasciende allende nuestras fronteras’ (por Rosa Díaz Mayo)

24/08/2020

Continuamos con la publicación de las distintas secciones de la revista RITMO disponibles hasta ahora solo en papel, continuando con “Las Musas”, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de mayo-junio de 2020 por Rosa Díaz Mayo.

 

María Coronada Herrera: Una voz que trasciende allende nuestras fronteras

Papel principal en Tristán e Isolda de Wagner en el Teatro de la Ópera de Leipzig, así se consolidaba la incipiente carrera internacional de la soprano María Coronada Herrera (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1945). Tan solo era su segundo concierto fuera de España, y abordaba el reto de enfrentarse a un público cuya tradición operística contaba con más de trescientos años, e interpretando el papel en alemán de Isolda, un icono de la ópera germana. Sin embargo, la soprano mostró sus grandes aptitudes técnicas y dramáticas, a través de uno de los papeles más exigentes de la literatura vocal y, así, una española se convertía en la heroína wagneriana en el seno de la cuna de Wagner, Leipzig.

Su debut internacional no había sido menos significativo en el Auditorio de la Academia de Santa Cecilia de Roma, donde interpretó con ahínco un programa monográfico sobre Mussorgsky. El éxito cosechado en este concierto le abrió permanentemente las puertas de los teatros y auditorios de ópera más emblemáticos del país del bel canto. No se esperaba menos de una voz que había salido a escena en España, en el Liceo de Barcelona junto a Monserrat Caballé, interpretando Maria Stuarda de Donizetti.

Para lograr este reconocimiento, y tantos otros de igual o mayor relevancia, Coronada Herrera forjó una sólida formación musical desde niña en su pueblo, donde formó parte de la Agrupación Lírica de Villafranca de los Barros. Posteriormente, realizó los estudios de piano en el Conservatorio de Música de Sevilla y comenzó los de canto, que finalizaría en Barcelona obteniendo las más altas calificaciones.

En la misma ciudad condal recibió clases de perfeccionamiento de la reconocida Conchita Badía (discípula predilecta de Enrique Granados), “para mí fue la profesora más querida, la que más me enseñó y decía de mí que cantaba de una manera vital, casi milagrosa. Este elogio está confirmado por Xavier Montsalvatge y Federico Mompou”, afirma la soprano pacense. Sin duda fue una etapa especial en su vida, en la que además estrechó amistad con Montserrat Caballé, que igualmente recibía clases de Conchita Badía. El afán de superación de Coronada Herrera le llevó a perfeccionar su técnica con Giulietta Simionato y Yolanda Magnoni en Roma, con Arta Florescu en Rumanía y en Berlín con E. Hartmann.

Tras esta dedicación a su formación vinieron los éxitos, dentro y fuera de España, en los grandes escenarios de la ópera, tales como City Opera de Nueva York, Boston Center Opera, Auditorio de Turín, Auditorio de Roma…, así como en todos los espacios más relevantes nacionales, como el Teatro Real de Madrid, etc., e interpretando un extensa lista de obras como Tosca de Puccini, Tristán e Isolda de Wagner, La Vida Breve de Falla, Dido y Eneas de Purcell, Goyescas de Granados o Andrea Chénier de Giordano. “Este papel, junto al de Tosca e Isolda, cuentan entre los más reseñables para mi” detalla con emoción Coronada Herrera. Ha compartido escenario con artistas de talla internacional, entre ellos, los españoles José Carreras, Montserrat Caballé y Plácido Domingo y bajo las batutas de insignes directores. Una dilatada carrera de éxitos.

Por motivos de salud se retiró de los escenarios y dedicó su vida a la enseñanza del canto en Italia (Barletta), Corea del Sur (para trabajar con el coro de Seúl) y en el Conservatorio Superior de Música de Badajoz, desde 1994 hasta su jubilación en 2011, donde generó un elenco de grandes voces en Extremadura. En 2009 recibió la Medalla de Extremadura por sus méritos como cantante y pedagoga del canto y, por otra parte, Villafranca de los Barros “Ciudad de la Música” le otorgó su nombre a la Escuela Municipal de Música, a la que pertenecía la Agrupación Lírica en la que inició su andadura como soprano. 

Rosa Díaz Mayo: Doctora en Musicología y Magíster en Gestión Cultural, cuyo campo de estudio se centra en los siglos XX y XXI. Profesora de la Universidad Alfonso X El Sabio y Conservatorio Rodolfo Halffter.

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