Inscrito de lleno en los performance studies de las actuales ciencias de la música, La música como experiencia humana, del músico y docente Marc Serra i Griera (Santa Eugènia de Berga, 1980), ofrece un compendio sintético y bien desarrollado del vínculo de la música con la ciencia desde una perspectiva cognitiva, que abarca campos aparentemente distantes entre sí como la filosofía, la teoría de la música, la anatomía humana, la antropología, la musicoterapia, la pedagogía, la psicoacústica e, incluso, la psicología experimental y la neurociencia. Con rigor y contrastando las fuentes de estudio en el ámbito internacional, el autor nos introduce en el primer estudio simbiótico de estas características en lengua catalana que aborda la música como fenómeno humanista, cultural, físico, biológico y conductual, con el objetivo de evidenciar su importancia en la vida humana, su capacidad de transformación y la mejora en la relación con nuestro entorno.
Bien escrito y con una exposición de raíz académica modelada por un estilo de divulgación científica que evita ser categórico, cada capítulo comienza con una idea o vivencia personal que lo aproxima al lector y lo acerca a una cierta cotidianidad; a veces, insertando historias que parecen una fábula real. Además, establece una progresión en la que, de manera velada o explícita, cada capítulo apunta al siguiente en una correlación plausible, pero no forzosa ni forzada. Un hecho que pone de relieve las posibilidades oscilantes del enfoque y la interconexión de las materias, cuyas claves (por qué, cuándo, cómo…) Griera sabe entrelazar, sazonando con citas y definiciones que lo legitiman sin caer en el dogmatismo ni abusar de los tecnicismos más allá de lo estrictamente necesario.
De esta manera, nos permeabiliza, por ejemplo, ante conceptos como mind-wandering o earworms, y equilibra las referencias a los investigadores y trabajos de ámbito internacional como fuentes matrices. Algo muy evidente en la nutrida bibliografía, de origen anglosajón y bastante reciente, que cierra este alegato en favor de la música como experiencia holística, como semilla de cohesión social y como fomento del bienestar y la salud, que lo convierten en un libro de primera instrucción fundamental para abrir la mente, ampliar el conocimiento y establecer nuevas líneas de interés, tanto para instrumentistas, pedagogos e investigadores como para alumnos de distintos niveles, musicoterapeutas y melómanos en general.
En este sentido, el primer capítulo ya aporta una perspectiva general elaborando un mapa del estado de la cuestión, a partir del cual extiende la base argumental hacia temáticas tan sugestivas como la teoría de la coevolución genética-cultural; es decir, la música como fenómeno puramente biológico, producto cultural y fruto de una evolución biológica y cultural retroalimentada por la influencia de los genes y viceversa, recogiendo asimismo la postura darwiniana basada en la función biológica evolutiva de la música, más allá de la hedonista (capítulo 2). Después deriva hacia la observación de los rasgos universales musicales presentes en todas las culturas conocidas (terapia, danza, ritual y vínculo afectivo de maternidad) y las respuestas ante la música desde una vertiente conductual (capítulo 3), que funciona como preámbulo a la panorámica sobre la percepción y las leyes de la Gestalt (capítulo 4), y sobre el cerebro y su plasticidad (capítulo 5).
El autor prosigue con una aproximación a los cambios y beneficios de la educación musical, así como a los efectos de la música sobre nuestro cuerpo y nuestro cerebro a través de la interacción de música y lenguaje, y de música y memoria (capítulo 6). Desde este último punto, gira hacia la musicoterapia (capítulo 7), focalizando su potencial en niños prematuros, centros penitenciarios y demencias. Todo este denso marco teórico está convenientemente reforzado por un rico abanico de recursos TIC consultables mediante códigos QR e imágenes, plasmadas con alta calidad gráfica en diagramas, cuadros sinópticos y tablas visuales de diferente grado de complejidad, con los que Marc Serra sintetiza estructuras, relaciones y el alcance conceptual de muchos temas tratados, facilitando la autogestión de la lectura y que, además, denotan su formación y vocación como profesional de la enseñanza.
El tramo final del libro penetra en las emociones a través del cognitivismo (expresadas por la música) y del emotivismo (inducidas por la música), deteniéndose brevemente en su aplicación al cine (capítulo 8). Un aspecto que le sirve para indicar los argumentos de la psicología de la música y su influencia en la identidad y el talento, así como en el desarrollo de las capacidades musicales en la infancia según las edades, las fases y los mecanismos, ya desde la vida intrauterina (capítulo 9). Esto lo refuerza exponiendo su experiencia como docente en primaria y en escuelas de música (capítulo 10), haciéndonos partícipes de la necesidad de consolidar una personalización de la enseñanza en un futuro no muy lejano, al igual que sucederá con la sanidad.
En el último capítulo, el undécimo, Marc Griera explica diversos proyectos sociales que han empleado la música como herramienta de cooperación, cohesión, disfrute y emoción: desde la West-Eastern Divan Orchestra de Said y Barenboim, el centro cultural de Beit Aftal Assumoud o la Fundación Yehudi Menuhin y el MUS-E, con el que colabora el gobierno español, hasta el popular Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela impulsado por el desaparecido José Antonio Abreu; pasando por el proyecto catalán Xamfrà. En este apartado solo se echa en falta la referencia a cualquiera de los numerosos programas solidarios de la Orquestra Simfònica del Vallès, como el Kanon-Desenkadenant en prisiones, encabezado por la violinista Canòlich Prats, que fue reconocido por el Departament de Justícia de la Generalitat de Catalunya en 2020 con un galardón honorífico.
Si exceptuamos las traducciones de trabajos de Leonard Meyer, Oliver Sacks, John Blacking, Antoni Storr y algunas investigaciones de ámbito universitario muy restringido, la bibliografía sobre la materia es más bien escasa. Por esta razón estamos ante un libro potente y primordial a corto plazo, cuya incidencia debería convertirlo en lectura recomendada en másteres y carreras musicales, para ampliar la base y la dimensión de todo aquel que estudie y quiera dedicarse profesionalmente a la música desde cualquier rol. Pero, sobre todo, desde su fundamento en la tríada derivada de hacer música, utilizar la música y aprender música como vivencias, este libro derriba la absurda decisión del negligente exministro del Partido Popular, Juan Ignacio Wert, cuando en 2014 promulgó una ley contra la enseñanza musical en las escuelas, bajo el argumento de que distraía de otras materias. Mientras tanto, otros países europeos incorporaban la música en su constitución y la consideraban un derecho de los alumnos, también más allá de la actividad extraescolar.
Albert Ferrer Flamarich
La música com a experiència humana
Marc Serra i Griera
Dinsic Publicacions Musicals SL, Barcelona, 2022. 270 pàgs.
ISBN: 978-84-16623-71-6