Música clásica desde 1929

#Lecturasdeverano #Contrapunto / Entrevista con JOSÉ MARÍA MERINO

28/08/2024

Como #lecturasdeverano, continuamos con la publicación en abierto de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de diciembre de 2023 (por Gonzalo Pérez Chamorro)

 

JOSÉ MARÍA MERINO

Académico de la RAE y Premio Nacional de las Letras Españolas, el escritor José María Merino es nuestro protagonista del último contrapunto de 2023.

por Gonzalo Pérez Chamorro

 

¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?

No hace muchos días, un majestuoso concierto de órgano en la catedral de León.

¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?

No lo he olvidado. Estaba en la inicial adolescencia y a casa de mis padres llegó un tocadiscos y una caja con vinilos grandes: La traviata. La escuché tantas veces que, cuando más tarde la vi en París (tendría más de 20 años), me defraudó un poco.

Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?

Dentro del pensamiento simbólico, que es la sustancia de lo que somos los seres humanos. Con la ficción (explicación originaria de la realidad, y a la que ya pertenecen el teatro y el cine) están la música, la pintura (y la escultura), la aritmética (el cero representa la nada). La música se encuentra en el sustrato existencial del homo sapiens. Otra cosa es la conciencia que tengamos de ello.

¿Cómo suele escuchar música?

De joven tenía en mi habitación un tocadiscos y los vinilos, que iba adquiriendo o intercambiando con amigos… La estrecha relación con el tocadiscos se mantuvo con los años, y en el salón de mi casa conservo dos majestuosos tocadiscos estropeados (y que no conseguí arreglar), con sus grandes altavoces, y numerosos vinilos… muestra muda de un pasado glorioso. A veces escucho CD, pero mi relación ya no es la misma…

¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?

No me atrevo a imaginar esto… tal vez porque me he dedicado a la escritura con otras “músicas”. Pero mis óperas inolvidables, aparte de La traviata, son Aida, Carmen, La bohème y El barbero de Sevilla, por lo menos…

¿Teatro o sala de conciertos favorita?

En ocasiones voy al Auditorio Nacional, que está cerca de mi casa, o al Teatro Real, pero ya los veo con mucha menos naturalidad que hace unos años. El tiempo no perdona… En cuanto a teatros, La Comedia y La Abadía…

¿Un instrumento?

Tres: piano, violín y trompeta.

¿Y un intérprete?

Citaré al menos siete: Montserrat Caballé, Pavarotti, Carreras y Domingo (“los tres tenores”), Carlos Gardel, Amancio Prada y Raffaella Carrà, ¡ojo!

¿Un libro de música?

Música, solo música, de Haruki Murakami, un delicioso diálogo sobre la música.

Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…

Habría una vez, de Carlos Suchowolski, libro de cuentos recién publicado que voy a presentar dentro de unos días; y Don Quijote de la Mancha o el triunfo de la ficción caballeresca, de Aurora Egido, que analiza con sabiduría y gracia la verdadera presencia de los libros de caballerías en el tiempo y en el libro de Cervantes.

¿Y una película con o sobre música?

Cantando bajo la lluvia. Tal vez mi película preferida, con la quijotesca Centauros del desierto, aunque esta no tiene que ver con lo musical.

¿Una banda sonora?

Cualquiera de John Williams o Morricone.

¿Cuál es el gran compositor de música española?

Varios. Aunque parezca tópico, Albéniz, Falla, Granados, Turina…

¿Una melodía?

Los Nocturnos de Chopin.

¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?

Preferiría despedirme en silencio. Creo que la música es señal de vida, no de lo contrario, sean cuales sean su melodía y tono…

¿Un refrán?

No es un refrán, pero hay una sentencia sufí que me gusta recordar: “esto también pasará”.

¿Una ciudad?

Mi ciudad es León, donde crecí, y vuelvo a menudo a ella. Pero me gusta Madrid, donde vivo desde hace muchos años; y hay otras ciudades en mi vida inolvidables, como La Coruña, donde nací; Gijón, donde veraneaba de niño; Nueva York, Roma, Venecia, Viena, Estocolmo, Brujas, Estambul… Se me amontonan demasiadas en la memoria…

El mundo editorial ha cambiado, ¿cuál es su visión del momento que vivimos?

Se está deteriorando nuestra relación con el libro, que es el instrumento más interesante que hemos inventado desde la perspectiva de la memoria cultural (es resistente al paso del tiempo y carece de cambios de aplicación) y eso puede ser catastrófico. Encima, ha aparecido el llamado Chat GPT. En fin, no es momento para el optimismo…

Y como Académico de la RAE o Premio Nacional de las Letras Españolas, ¿qué cree que se podría aportar o mejorar?

Reconsiderar urgente y seriamente nuestra formación en materia de lengua y literatura. Y humanidades, claro. Y no dejarnos atropellar por la invasión de esas “nuevas tecnologías”, tan útiles en ciertos aspectos…

¿Hasta dónde llega la ocupación de la vida diaria de un escritor para gestar, por ejemplo, una novela?

Si estoy trabajando en una novela o un libro de cuentos, le dedico todo el día, incluso el tiempo en que no estoy sentado en mi escritorio. Vivo con ella día y noche, material o mentalmente. Se convierte en una forma de obsesión…

¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O qué le falta?

Le falta conocimiento de sí mismo. Los españoles ignoramos demasiado nuestra historia: que fuimos el precedente del parlamentarismo; nuestro papel en América (somos la única cultura que estableció legalmente el mestizaje, ya a principios del siglo XVI); que nuestra variedad telúrica y cultural es de una riqueza sorprendente. Y es que a este país le sobran estupidez y complejo de inferioridad…

Háblenos de un trance cultural o musical en su vida que se le haya quedado grabado…

La primera visión en Nueva York del musical La calle 42. Cuando la gente que conozco va a esa ciudad, les recomiendo que no se lo pierdan, pues siempre está en escena…

Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría José María Merino?

Los mejores momentos de la historia están rodeados de cosas horribles. Me quedo donde estoy, sin pensar que es un momento mejor, ojo…

¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?

Comprobar que la avaricia que nos impregna es una de las peores lacras del ser humano, causa de las guerras, las hambrunas, las migraciones forzosas… Me atrevo a temer que puede ser motivo del fin de nuestra especie…

Cómo es José María Merino, defínase en pocas palabras…

A estas alturas de la vida, un ser humano que tuvo mucha suerte en ámbitos fundamentales, desde el amoroso y familiar al literario y cultural.

 

Foto © RAE

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