La pianista rusa Yulianna Avdeeva vuelve a Madrid para interpretar la integral de los Preludios y Fugas op. 87 de Shostakovich en el ciclo del Círculo de Bellas Artes, Círculo de Cámara, cerrando el año Shostakovich. Un acontecimiento único para disfrutar de esta obra maestra interpretada por una de las mejores pianistas de la actualidad. Avdeeva nos cuenta cómo ha sido el 2025 y sus planes inminentes para el próximo 2026.
Durante este año ha visitado diferentes ciudades interpretando la integral de los Preludios y Fugas de Shostakovich. ¿Cuáles son sus expectativas para este concierto en Madrid?
Estoy realmente emocionada con este concierto en el Círculo de Bellas Artes el domingo 14 de diciembre porque va a ser el último recital de este homenaje a Shostakovich con esta pieza tan especial y monumental. Durante ese año en el que celebramos los 50 años del fallecimiento de Shostakovich, he visitado nueve ciudades por todo el mundo con los 24 Preludios y Fugas. Estoy muy contenta de haber descubierto y llevado esta música a diferentes lugares y audiencias; el Palau de la Música de Barcelona, el Gewandhaus de Leipzig, la Pierre Boulez Saal de Berlín, también en Canadá, Pekín, Tokio, Ostrava (Rep. Checa) o Seon (Suiza). Estoy muy agradecida de acabar en Madrid porque adoro esta ciudad y a su público que es muy entendido y siempre emotivo.
¿Cómo se prepara para un recital de esta naturaleza, tanto física como mentalmente?
Siendo honesta para este recital de la Integral de Shostakovich he tenido que prepararme para conseguir la concentración que requieren las tres horas (con intermedio). Es un concierto más largo que los habituales aunque para mí es tan diferente de carácter cada parte del recital que realmente se me pasa rapidísimo. Pero sí es cierto que antes de mi primer recital de la Integral, tuve que prepararme en casa como si fuera a correr una maratón. La concentración y estado físico se entrena poco a poco. Primero empiezas con 20 o 30 km. para llegar a completar tu marca y conseguir un estado físico y mental correcto.
¿Algún consejo para el público que la escuchará tocar los Preludios y Fugas en Madrid?
Para mí personalmente el objetivo de este recital es realmente influir en los sentimientos de la gente y enriquecerles con la música su vida cotidiana. Pienso que no es necesaria ninguna preparación previa para asistir a cualquier tipo de concierto. Simplemente sentir, sumergirse en la música y celebrar juntos este momento.
Su último concierto del año será en Gante con Chopin y Shostakovich. Chopin es muy importante en tu vida y este año Shostakovich también se ha convertido en otro pilar con la grabación de su último disco de los Preludios y Fugas op. 87 y la gira con esta monumental obra. ¿Qué conexiones encuentra entre ambos compositores?
Puede que no mucha gente sepa que Shostakovich participó en el Primer Concurso Chopin de piano que tuvo lugar en 1927. ¡Sí, es verdad! Él iba representando a la delegación soviética. Era un pianista muy ambicioso y talentoso, extravagante y con un estilo muy particular. Shostakovich consiguió llegar a la final pero se puso en enfermo y tuvo una mención de honor. Él tuvo que estudiar mucho a Chopin y además ambos admiraban al gran maestro de todos los tiempos, Johann Sebastian Bach. Fue su inspiración, en el caso de Shostakovich con los Preludios y Fugas, op. 87 y en el de Chopin con sus Preludios op. 28.
Uno de los retos que tiene la música clásica siempre es aumentar su audiencia y sobre todo llegar a un público más joven. ¿Cuál es su consejo para conseguirlo?
Para mí llegar a la gente que le da miedo la música clásica y conseguir que vayan a los auditorios es un tema crucial. Hay muchas conversaciones que giran sobre este tema de que hay personas que no se acercan a la música clásica por miedo o desconocimiento o porque creen que hace falta un nivel intelectual específico y ¡realmente no es así! En primer lugar, creo que la música lo que hace es darte un intercambio de emociones y realizar un viaje a tu interior para entenderte a ti mismo. Por otro lado, te permite lograr y sentir cosas que son difíciles de conseguir en tu vida cotidiana. Es crucial llegar también al mayor número de jóvenes y niños y conseguir que tengan esta experiencia con la música. La música les puede ayudar a descubrir sus emociones, a ser más sensibles y cercanos con la gente que les rodea. Mi idea personal es que tenemos que demostrar nuestro entusiasmo y el poder transformador que tiene la música para llegar a esta gente joven. Debemos ser más sensibles y cercanos para conectar con cualquier tipo de público y transmitirles lo que nosotros los músicos sentimos.
Nos acercamos al final del 2025. Si hace balance de este año, ¿cuáles han sido los momentos más memorables?
Es muy difícil decir un concierto, porque cada uno de ellos forma ya parte de mí y de mi corazón y siempre los recordaré. La verdad es que los once días del Festival de Gewandhaus en Leipzig fueron una experiencia fantástica. Este año también ha sido muy intenso emocionalmente por la grabación de los Preludios y Fugas, rodeada de un equipo maravilloso. Sólo tengo palabras de agradecimiento por este 2025 y los momentos que he vivido. En estos días, me gustaría desear para todos un año nuevo lleno de paz.
¿Qué retos musicales tiene para el próximo año?
Para el 2026 incluiré en mi repertorio los conciertos para piano 1 y 3 de Bartók y los 12 Estudios op. 25 de Chopin, que nunca los he tocado. Para mí es una ilusión enorme trabajar en ello. Seguiré tocando el op. 87 de Shostakovich ya que ha sido un trabajo muy intenso. También estoy muy feliz porque voy a interpretar una pieza contemporánea del compositor japonés Dai Fujikura compuesta para mí y titulada “Quiet offering”. Lo combinaré con piezas de Pierre Boulez. Creo que es fundamental tocar música de compositores actuales y dar una oportunidad a esta música porque es increíble. Muy pronto la estaré interpretando en los escenarios.
por Irene Rodríguez
Foto: La pianista rusa Yulianna Avdeeva vuelve a Madrid este domingo día 14 para interpretar la integral de los Preludios y Fugas op. 87 de Shostakovich en el ciclo del Círculo de Bellas Artes / © Maxim Abrossimow