Música clásica desde 1929

Crítica / The Pilgrim, un Chaplin, con BSO de Timothy Brock - por Ramón G. Balado

Santiago de Compostela - 25/11/2021

Volvía Chaplin a Cineuropa esta vez con The Pilgrim con la Real Filharmonía de Galicia tras la cita del curso anterior con The Kid, sobre una banda sonora compuesta y restaurada por Timothy Brock, quien fue director, un músico especializado en recreación de bandas sonoras para el cine mudo, en especial en el período que va de los treinta a los cuarenta. Responde con frecuencia a encargos procedentes de grandes orquestas, pero entre los trabajos de importancia, destacan los realizados para películas como las restauraciones de Dmtri Shostakovich New Babylon  (1929); la épica italiana mostrada en Cabiria (1913), de Manilo Mazza; el dadaísmo provocador de Erik Satie, en “Entr´act (1924); Ballet mécanique, de George Antheil (1924) o L´Asseninat du Duc de Guise(1908).

El interés por Charles Chaplin, comenzó a partir de 1998, para responder al encargo de la restauración de Modern Times, que sería el eslabón de una trayectoria que abarcará hasta doce títulos de filmes mudos y que llegará hasta 2012. Nuevos ropajes sonoros en una paleta orquestal que confirma la excelente adecuación ingeniosamente tramada por Mr. Brock.

Una relación en la que nos encontramos bandas sonoras ingeniosamente trabajadas, para City Lights (1931), The Gold Rush (1924), o The Circus, que realizó en 2004.Un capítulo en el que también tienen cabida transcripciones de material diverso, que se condensa en un total de trece horas, de incluye trabajos inéditos, hasta entonces desconocidos. Viejos acetatos del propio Chaplin, que dormían el sueño de los justos en registros al piano. Otra recuperación de valor indiscutible, sería la banda para A Woman of Paris (1923), un trabajo que el propio músico aprovechará para utilizar en conciertos dirigidos por él con distintas orquestas. No menos importancia aporta Cinema Ritrovato, de 2005, que pudo escucharse en Bolonia. En 2011, se realizó una grabación con la Orchestra Citta Aperta, de The Gold Rush.  Pero igual trascendencia, ocupa su aproximación  las formas musicales que cultivaron los compositores de la llamada “Entartete Musik (Música degenerada), denigrada por el nazismo, y cuyos autores afortunadamente gozan de inmejorable salud en nuestros tiempos. 

Timothy Brock  mantuvo una larga relación de dirección, en esas labores de recuperación de  bandas para el cine, con la Cineteca di Bolonia y cuyos resultados serían Lady Windersmere´s Fan, Feu Mathias Pascal, Three Bad Men y en 2016, una experiencia de gran calado, la banda para el filme de Fritz Lang, Frau im Mond (1929), pura épica de ciencia ficción, un compromiso con la Wiener Konzerhaus, con estreno en la capital austríaca y el protagonismo de la Radio Symphonie- Orchester Wien.

The Pilgrim (El Peregrino), perfecto punto de continuidad en este acercamiento al personaje del sombrero hongo, con su desarrapada presencia y su bigotito, detalles con los que revivirá penalidades sin cuento. Chaplin en esa etapa, había llegado a un nuevo acuerdo profesional con la First National que le facilitará cumplir su ambición de tener un estudio propio, en el que trabajará durante 24 años. El contrato le exigía realizar ocho películas durante 18 meses y en lugar de ello, tardó cinco años en rodarlas, pero al menos y entre ellas, hay tres obras maestras. La primera A Dog´s day, pero de seguido, vendrían The Kid, A Day´s Pleasure o Sunnyside.

Esa renovada actitud creativa que continúa la propuesta burlesca de las anteriores, comenzando por The idle class (1921), basada con toda evidencia y como no podía ser menos, en las típicas situaciones de slapstick y en la que se tomaría un par de papeles. Pay Day, del año siguiente, una nueva comedia sobre la cruda vida real, en la que nos tropezamos con Charlot en un ingrato trajín cotidiano, agobiado por una esposa gruñona. Dos trabajos con todo, con un éxito de menor aceptación.

The Pilgrim supondrá una vuelta a los mejores tiempos, subiendo enteros ante el público aficionado al género burlesco. Estamos ante la historia de un preso que se fuga de la cárcel- algo poco sorprendente en sus guiones-, y lo hace robando la vestimenta de un sacerdote que se está bañando, resultando confundido como el nuevo pastor de una pequeña  comunidad de un pueblo del Midwest americano. Todo a la carta para apuntar alto y predisponer al público a su favor. Un argumento que ofrecía las oportunidades de mofarse de la beatería, las comunes hipocresías y los sobados buenos modales.     

Ramón García Balado    

 

Cineuropa

The Pilgrim / C. Chaplin (Música para el filme compuesta por Timothy Brock)

Real Filharmonía de Galicia / Timothy Brock.

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Foto © Xaime Cortizo

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