Música clásica desde 1929

Crítica - Schönberg y Shostakovich

10/10/2018

Orquesta Sinfónica de Galicia

Prueba de resistencia para el aficionado por ambas obras, a consecuencia de la  inmensa sensación de enfrentarse a dos obras que dejarán testimonio de una época de acuciantes urgencias. Patricia Kopatchinskaja pudo trasmitirnos el ideario de Schönberg en el Concierto para violín y orquesta op. 36, bajo el ojo clínico de Slobodeniouk, siguiendo en trazado en los tres tiempos de las exigencias de una técnica de un visible virtuosismo de largo alcance, al servicio de una obra de dodecafónica en su trayecto sonoro y discursivo. Cada uno de los movimientos respondía a las directrices en la superposición de un par de grupos de series, desde un recurso original como a la retrogradación. El autor llegaría a un desenlace inevitable, tras sus devaneos brahmsianos en lo que serían las variaciones desarrolladas, pero como manifiesto a conciencia de las urgencias evolutivas. La obra, una vez concluida, con una solista capaz de situarnos en sus parámetros a sabiendas de encontrarse ante un público al que convencer, definitivamente consiguió su objetivo, por la respuesta colectiva.     

Mayor impacto para el Shostakovich de la Sinfonía nº 11, en Sol m. Op. 103 (El año 1905), Kryzsztof Meyer sostendrá más que una sinfonía en sentido estricto, es un poema sinfónico de grandes proporciones. Un Adagio sobre el canto fúnebre Kontaction y la cita de una canción revolucionaria o el Allegro en perfecta sintonía por la temática recurrente, que se confirmaría a través de la transfiguración de su obra coral sobre textos revolucionarios, en una disputa en la que los vientos se impondrían a las cuerdas, para entregarse a otro obsesivo Adagio encumbrado a través de los pizzicati de la cuerda grave, para que entre acordes estremecedores, la marcha testimonial reafirmada por abundancia de elementos tímbricos, insista en las recurrencia a esa idea motriz, con efectos percusivos contundentes y así hasta el encadenamiento en el final en una convulsa carga  decibélica.

Imposible describir lo que la sinfonía de Shostakovich, como en las se anuncian en breve, consigue en su absoluta dimensión ante un auditorio entregado a la causa. Valga, en lo efectivo, el calificativo de poema sinfónico, porque el encorsetamiento de sinfonía quedará inevitablemente superado. Dima, que lo lleva en las entrañas, promete otro Shostakovich para dejarnos anonadados.  

Ramón García Balado

Patricia Kopatchinskaja. Orquestra Sinfónica de Galicia / Dima Slobodeniouk. Schönberg y Shostakovich
Palacio de la Ópera, A Coruña 

Foto: Patricia Kopatchinskaja.
Foto de Marco Borggreve

785
Anterior El Ballet del Rin en el Teatro Real
Siguiente Crítica - Poderosa Semenchuk (Ciclo de Lied)

Publicidad

FBE_CNDM_20240327
FBE_Ibermusica_Zubimendi_20240320
FBE_LAuditori_24_OBC19_SetenaBeethoven_20240325-0407
FBE_T-Zarzuela-JuanJosé_20240312-0411
FBC_Lat_1_202303_DVD_Naxos_2.110740_DasRheingold
FBE_BECAS-AIE_20240222-0403
FBE_LAuditori_D1_DiscosNoved_OBC-SinfRavel-1_20240214
FBE_Sony_202403
FBE_SMRCuenca_20240306-31
FBC_Lat_2_202303_DVD_2.110770_Naxos_LonelyHeart
FBC_Lat_3_202303_DVD_Naxos_2.110741-42_DieWalkure
FBC_Lat_5_202303_DVD_37987_Dynamic_ChiaraSerafina
FBC_Lat_6_202303_DVD_OA1379BD_OpusArte_RoyalBallet
FBC_Lat_4_202303_DVD_CMajor_766208_NewYearConc-LaFenice