Música clásica desde 1929

Crítica - Memorable Gesualdo por Les Arts Forissants (CNDM)

25/10/2018

Les Arts Florissants inicia este año la ingente tarea de interpretar en tres años la totalidad de los madrigales de Carlo Gesualdo (1566 – 1613), uno de los mayores genios de la Historia de la Música que destacó precisamente por su soberbia y numerosa producción madrigalística. En su haber cuenta con un total de seis libros de madrigales, de los cuales pudimos escuchar en este primer concierto su primer libro íntegramente. Pero no solo con esto se contentó el conjunto francés, sino que en la primera parte nos ofreció un extenso deleite musical con obras de autores contemporáneos a Gesualdo y del propio Príncipe.

Lejos de ofrecer una intranscendente primera parte contextual, Les Arts Florissants nos ofreció un bellísimo recital de obras magníficas y de autores tales como Luzzaschi, Monteverdi, Marenzio, Pallavicino y el propio Gesualdo. De Gesualdo pudimos disfrutar de tres obras sacras, que muestran inequívocamente la íntima relación que posee lo sacro con lo profano en la obra del compositor de Venosa. Así, ‘Tribulationem et dolorem’ y ‘Hei mihi, Domine’ constan de numerosos pasajes que bien pudieran ser meramente madrigalescos, como las disonancias, intensamente marcadas por el grupo de la palabra dolorem - dolores -, las descriptivas agilidades del fragmento Ubi fugiam? - ¿a dónde huiremos? -, o el pasaje deliberadamente estático miserere mei que produce inmediatamente un cambio en el pathos.

Las obras profanas de esta primera parte pusieron de manifiesto la riquísima tradición de la que bebe Gesualdo. Escuchamos el fascinante ‘Dolorosi martir, fieri tormenti’, de Luzzaschi, de su cuarto libro de madrigales publicado en el mismo año y ciudad que el primero de Gesualdo (Ferrara, 1594) y que nos asombra con sus audaces giros armónicos y disonancias al más puro estilo del Gesualdo más maduro. Los otros ejemplos de la tradición italiana madrigalística se corresponden con el texto y temática similar o idénticos a los del compositor homenajeado en su primer libro: el famoso poema Baci soavi e cari de Guarini puesto en música aquí por Monteverdi y Marenzio que ejemplifican la emoción cambiante de los distintos afectos, especialmente en los fragmentos il duol de mort’e con una expresiva utilización de la disonancia, o en o che dolce morire! en donde se despliega la cadencia final homofónica que termina en un acorde abierto mayor que nos transmite esa sensación de calma feliz. Finalmente pudimos disfrutar del mito de Tirsis y Clori puesto en música por Marenzio y por Benedetto Pallavicino, autor poco frecuentado actualmente pero que fue un importante rival artístico de un joven Monteverdi en la Corte de los Gonzaga en Mantua.

La segunda parte estuvo dedicada en exclusiva al Primer Libro de Madrigales de Carlo Gesualdo publicado en Ferrara en 1594. Consta de quince madrigales sobre poemas de Giovanni Battista Guarini, Torquato Tasso, Luigi Cassola, Filippo Alberti y Livio Celiano. La temática de casi todos ellos es bastante sencilla: el amor y todas sus ventajas e inconvenientes que conlleva. Esta temática tan recurrente en esta etapa histórica nos muestra a un Gesualdo muy comedido y acorde con el resto de sus coetáneos. Aquí casi no existen esas brutales disonancias, giros armónicos prohibidos o esas inauditas melodías que hicieron del autor uno de los más transgresores que jamás hayan existido. Este es un primer libro de composiciones ‘de juventud’, de continuismo histórico, que no por ello resulta carente de interés. Nos encontramos con quince composiciones bellísimas, a las que Les Arts Florissants supo exprimir todo su jugo.

Así, con una afinación que raya en la perfección -jamás utilizaron diapasón o la necesidad de dar el tono previamente- y con un equilibrio sonoro envidiable, comenzaron el ‘Baci soavi e cari’ con una sencillez magnífica en la que ya pudimos apreciar los profundos graves del bajo Edward Grint, siempre afinado y dando un sustento sólido al conjunto, y en donde demostraron un fraseo meticuloso y absolutamente a la misma velocidad. Los afectos que componen los distintos versos fueron interpretados ejemplarmente, como en el siguiente número ‘Madonna, io ben vorrei’, en el que contrastó enormemente el estatismo del vocablo Madonna con la frase muy agitada io ben vorrei…, o en las marcadas disonancias de o tanta crudeltade. Miriam Allan demostró una facilidad pasmosa en el agudo en ‘Com’esser può ch’io viva se m’uccidi’, en donde volvieron los grandes contrastes de agitación y calma. En ‘O dolce mio martire’ pudimos disfrutar del bellísimo timbre de la mezzosoprano Mélodie Ruvio, siempre segura y con un registro homogéneo tanto en el registro agudo como en el grave.

Pudimos comprobar también la dulzura y calidez de la soprano Hannah Morrison en madrigales como ‘Se da si nobil mano’ o ‘Tirsi morir volea’. Hubo además pasajes de verdadera complicidad y compenetración entre las dos sopranos, como en las pequeñas cadencias magistralmente rubateadas de ‘Questi leggiadri odorosetti fiori’. Otro momento especial fue el comienzo de ‘Danzan le ninfe honeste, e i pastorelli’, que con un carácter de verdadera danza invitaba a que el respetable moviera el pie. El tenor Sean Clayton demostró en todo momento una formidable cohesión con todos sus compañeros, en especial con Agnew y Grint, con los cuales muchas veces su labor de trío de hombres dialogaba con las voces agudas.

Debemos agradecer especialmente la enorme labor de Paul Agnew, director y tenor en este magno proyecto de la interpretación y grabación de la obra madrigalística de Carlo Gesualdo. En su labor encontramos la enorme pasión de un músico que siempre busca cómo mejorar lo aparentemente inmejorable. Sabe exprimir a los mejores cantantes europeos de la actualidad para llevar a cabo una interpretación memorable de la obra del Príncipe de Venosa. Les Arts Florissants demostró anoche ser un grupo total, a través de los cuales la música de cámara cobra su verdadero sentido: seis personas pensando como una sola y demostrando que las dos horas de concierto se nos hicieran breves.

Según conversación con Francisco Lorenzo Fraile de Manterola, Director del CNDM, este proyecto va a continuar en este mismo ciclo hasta que finalice, esto es, podremos disfrutar de estas magistrales interpretaciones del ciclo completo de los madrigales de Carlo Gesualdo durante dos años más. Todo un privilegio.

Simón Andueza

Madrigales de Gesualdo (I).
Obras de Carlo Gesualdo, Luzzasco Luzzaschi, Claudio Monteverdi, Luca Marenzio y Benedetto Pallavicino.
Solistas de Les Arts Florissants. Miriam Allan, soprano, Hannah Morrison, soprano, Mélodie Ruvio, Mezzosoprano, Sean Clayton Tenor, Edward Grint, bajo, Paul Agnew, tenor y dirección.
Ciclo Universo Barroco del CNDM.
Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música, Madrid, 25 de octubre de 2018, 19:30 h. 

Foto: Solistas de Les Arts Florissants en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música, Madrid. 

 

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